Nuestras primeras sensaciones no son ni buenas, ni malas -sencillamente existen- son parte de nuestra personalidad, carácter e historia.
No creo que sea sano renegar de nuestros sentimientos o sensaciones, somos como somos. La bondad y la maldad solamente existen en la medida que actuamos utilizando la conciencia.
Solamente estoy convencido que debemos estar atentos a qué impulsos debemos alimentar, cuales debemos dejar a un lado, ignorar, o ¡hasta rechazar!
Conozco personas que por una pequeña contrariedad experimentan incomodidad como todos pero luego ¡alimentan y agigantan ese detalle! y por pequeñeces hacen caprichos absurdos... despedazan su corazón y lastiman el corazón de los demás.
Conozco personas que se pasan todo el tiempo analizando el ¿Cómo se sienten? pero no hacen el mínimo esfuerzo de plantearse el ¿cómo se siente? mi pareja, hijo, hermano, papás, amigos o compañeros de trabajo.
Conozco personas que se obsesionan por experiencias pasadas y no logran mirar más allá de aquello que vivieron hace años... perdiendo su presente y su futuro por algo que ya no existe. Pueden ser experiencias alentadoras o frustrantes solamente que ahora solo están en la imaginación.
Saber ¿cómo me siento? -según creo- solamente viene a ser como cuando revisamos nuestra temperatura con un "termómetro" solamente es un indicativo para saber -de acuerdo a los resultados- el ¡Que debemos hacer!. No resulta normal que una persona durante el día use el termómetro unas 50 veces si no está enferma.
Revisar el "como nos sentimos" no debe convertirse en un mecanismo egoísta que nos encierre para no "palpitar" con el corazón de quien está cerca de nosotros.
Por eso creo que siempre es útil recordar que: Cuando analizo como me siento solamente es para tomar decisiones, si debo alimentar esos impulsos, debo dejarlos pasar, ignorarlos... o ¡debo rechazarlos!
¿No te parece?
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