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Producido por el centro televisivo vaticano
Comentarios y traducciones al español
Santa Misa con canonización Niños Mártires de Tlaxcala, 15-10 -2017 Vaticano
Niños santos
Tlaxcala es considerada la cuna de la evangelización. Como muchos otros
pueblos de México contaba entonces con una multitud de dioses y practicaba la
poligamia, principalmente los caciques. Los primeros misioneros franciscanos
aprovecharon la gran religiosidad de los hijos –sin excluir a los plebeyos–
para evangelizar a los mayores. Además de enseñarles en las escuelas las
verdades de la religión cristiana, los misioneros los instruían en gramática,
canto y algunos oficios.
Cristóbal nació en Atlihuetzía hacia el año 1514 o 1515. Fue hijo del
cacique Acxotécatl y de Tlapaxilotzin, quienes tenían a tres de sus hijos en la
escuela franciscana de Tlaxcala, excepto a Cristóbal, el futuro heredero de
Acxotécatl. Tras ser convencido por los padres franciscanos de que el niño
también debía recibir instrucción, éste ingresó a la escuela, mostrando rápidos
progresos en el aprendizaje de la doctrina cristiana, de tal forma que él mismo
pediría el bautismo.
El niño se propuso
como objetivo evangelizar los suyos, por lo que exhortaba no sólo a su padre
sino a sus súbditos para que abandonaran el culto a los ídolos y la embriaguez.
Dado que la predicación del niño no surtía efecto, comenzó a romper los ídolos
que se hallaban en su casa y a derramar el pulque. Fue tanta la molestia de su
padre, que el mismo Acxotécatl terminó por quitarle la vida a Cristóbal.
Por su parte,
Antonio y Juan nacieron en Tizatlán hacia el año 1516 o 1517. El primero fue
nieto de Xicohténcatl, Señor de Tizatlán, y heredero del Señorío; Juan, en cambio,
era servidor de Antonio; ambos asistían en la escuela franciscana de Tlaxcala.
En 1529 los padres
dominicos se propusieron evangelizar Oaxaca, y a su paso por Tlaxcala pidieron
a los franciscanos algunos niños que voluntariamente quisieran acompañarlos en
su misión evangelizadora. Antonio, junto con sus criados Juan y Diego (quien no
murió mártir) se ofrecieron.
En Puebla, los tres niños ayudaban a los padres dominicos a recoger
ídolos. En Cuauhtinchán, mientras realizaban esta encomienda, un grupo de
pobladores enardecidos, armados con palos, dieron muerte a Antonio y a Juan.
Modelos de evangelización
El proceso de beatificación fue iniciativa de Don Luis Munive Escobar,
primer obispo de Tlaxcala, quien tuvo la idea y el deseo de presentar a la
niñez y juventud un modelo de vida. El 7 de enero de 1982 la
Congregación para las causas de los Santos dio el nihil obstat para
la introducción de la Causa, con aprobación del papa Juan Pablo II, y el 3 de
marzo de 1990 se dio el decreto formal sobre la validez del martirio.
Este domingo, una
vez concluido el proceso de canonización, la Diócesis de
Tlaxcala, a cargo de monseñor Julio Saucedo Aquino, recuerda que como parte del
trabajo evangelizador de aquel tiempo, los Niños Mártires destruían los ídolos
de su tierra y cultura; “esto nos invita hoy a la destrucción de los
ídolos contemporáneos: el materialismo, el secularismo, la idea de un
cristianismo fácil y sin compromiso, los ídolos del tener, del placer y del
poder, que hacen a un lado los valores de la persona humana, su trascendencia y
dignidad”.
También destaca el trabajo evangelizador y catequético que realizaron
Cristóbal, Antonio y Juan, por extender el Reino de Dios, “sin temor a
las dificultades y peligros, nos muestran la seriedad que tal compromiso
implica para los bautizados de hoy, y hace un llamado a que todos los
cristianos vuelvan a emprender el camino de la santidad”.
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