REFLEXIÓN: El auténtico regalo

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REGALO: ¡La alegría más grande!


¡Ese rostro de alegría es emocionante! Un hombre en el transporte colectivo ¡Cargando una muñeca de juguete!

¿Qué sacrificios tuvo que hacer para comprar esa muñeca? y pensar que ¡La va a regalar! o ¿no será acaso que sonríe porque la compró pensando en la alegría de la persona amada que la va a recibir?
Es cierto que debemos tener una sana autoestima, que tenemos que pensar en nosotros mismos, que nuestros logros son valiosos, que me debo valorar... que, que, que...

Todos sabemos que existen personas estupendas en todos los estratos sociales pero también me pregunto ¿Cuántos millonarios, gente poderosa, intelectuales refinados o personajes de fama jamás han tenido ni tendrán jamás una sonrisa así? 

Solo QUE también es razonable ponernos a pensar ¿Cuáles son las satisfacciones auténticamente permanentes? ¿Las alegrías que nunca se olvidan?

Quienes tuvimos y tienen la ilusión de la llegada "mágica" de unos juguetes... Los ojos llenos de "estupor" que ansían ver "que llegó..." 

Pero no podemos dejar de pensar en aquellos que ayudaron y ayudan en lograr nuestros sueños.
Pienso en el corazón de este hombre que no puede ocultar en su rostro una alegría tan profunda e inolvidable que me conmueve cada vez que observo su fotografía. Es un rostro indecible, son unos ojos luminosos, una sonrisa honesta y limpia.

Creo que parte del secreto está en su corazón, un corazón que ha aprendido a dar, a darse. 

La sinceridad de ofrecer y ofrecerse.

El ideal de entregarse sin pedir nada a cambio.

Entonces también estoy convencido que el regalo no solo alegra al que recibe sino increíblemente más a quien ha sabido regalar o mejor dicho a regalarse, pues un verdadero regalo lleva consigo un pedacito del propio corazón.

Regalar que lleva consigo el perder, el no tener finalidades utilitaristas, donde la única finalidad es hacer brotar la sonrisa del ser amado...

Y si llegamos a descubrir que alguien nos está "utilizando" poder alejarnos con serenidad pues sabemos ante Dios que nuestro comportamiento no tuvo dobles intenciones.

"La recompensa más grande en el amar, está en poder amar"

¡Felices regalos de Reyes! cada uno de nosotros podemos ser un regalo para las personas a quienes amamos... No necesitamos ser millonarios, tener poder, ser influyentes, tener reconocimientos, recibir aplausos... Sería más que demasiado pensar que quien reciba tendrá en su corazón una sonrisa.
María y José presentaron a Jesús como un "regalo" a la humanidad en quienes llegaban desde Oriente, a quienes habían llegado "sin segundas intenciones" a "regalar lo suyo..." Hace 2,000 años se realizó un intercambio de regalos...

¡Que el Señor te bendiga abundantemente!

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